jueves, 5 de noviembre de 2015

Para no perder balance hay que seguir pedaleando



-       “Para no perder balance hay que continuar”
-       ¿Alguien recuerda quién le enseñó a correr bicicleta?
-       Algunos tuvieron la dicha de ser enseñados por sus propios padres o hasta hermanos mayores.
-       Recuerdo cómo aprendí a correr bicicleta.
-       Mi hermano mayor ya sabía.  Cierta tarde le escuché hablar con alguien que el primer paso era hacer balance y luego que se lograba el balance, era momento de comenzar a pedalear hasta seguir en la marcha.
-       Yo no sabía correr bicicleta aún.  Así que un día decidí, por las instrucciones que había oído de mi hermano, intentar bajar una pequeña pendiente frente a mi casa, para comenzar hacer el equilibrio.
-       Luego de algunos intentos, lo logré.  Ya podía equilibrarme, sin caerme de lado de la bicicleta.
-       Ahora el problema no era el balance sino avanzar y pedalear porque no bien concluía la pequeña cuesta me caía de la bicicleta y no lograba continuar.
-       Finalmente lo logré, sin problema y sin accidentes.  Porque lo que se necesita para no perder el balance es pedalear, es avanzar.
-       Cuando nos detenemos en la vida, no llegamos a ninguna parte.
-       No se puede avanzar en la vida, sino pedaleamos.
-       Quizás hoy no estás donde quisieras, pero estás caminando y eso, te mantendrá en movimiento y descubriendo lo que Dios quiere para tu vida.
-       ¿Cómo puedes avanzar si te detienes en tu hogar?
-       ¿Cómo puedes avanzar si decides sumergirte en tus fracasos?
-       ¿Cómo puedes avanzar si pierdes el balance?
-       Si Cristo no es el centro y razón de nuestras vidas, se pierde el balance, se pierde el sentido.
-       Si no  quieres perder ni un solo detalle de los planes que Dios tiene para ti, pedalea, es de la única forma en que no se pierde el balance y podemos avanzar.

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