domingo, 18 de octubre de 2015

No me digas que hablan mal de mi, explícame por qué se sienten cómodos contándotelo a ti



(Título basado en pensamiento del pastor Luis Hernández)
-       No seas cómplice
-       Nosotros vivimos criticando al que critica.
-       Más sin embargo cuando el "criticón" tiene algo que contarnos, le prestamos nuestro oído.
-       En un escenario similar, sería muy útil preguntarnos si más mal está el que critica o el que sirve como recipiente para la crítica.
-       Habrían menos "criticones", si hubiese menos personas dispuestas a escuchar tales comentarios.
-       Quiere decir, que aunque yo no acostumbre a criticar a otros, si estoy dispuesto a escuchar lo que mal intencionado se habla del prójimo, soy tan responsable del acto, como quien lo hace.
-       Si yo no soy director de películas, ni de programación televisiva, ni radial, pero me detengo a consumir, a apoyar, a reír, temáticas de violencia, de denigración moral y espiritual, creo que sigo siendo parte del problema.
-       Cada vez que consentimos un comentario racista, sexista, discriminatorio, denigrante patrocinamos y apoyamos tales actos.
-        ¿Por qué teniendo la verdad callamos?  ¿Por qué conociendo la libertad aún estamos presos?
-       Jesús habló de no matar; pero hablando de otros, lo que no debemos, lo que no conocemos, de lo que no tenemos evidencia, matamos la buena reputación de la gente.
-       Si lo que vas hacer, vas a decir o vas a escuchar no va repercutir en bendición para alguien más o para tu propia vida, mejor no lo haga, mejor no lo diga, mejor no lo escuche.
-       La salvación se guarda con temor y temblor
-       Y a veces pequeñas actos, echan a perder las grandes cosas que hemos alcanzado en Dios.
-       Lo que Dios nos ha entregado es grande; vamos a cuidarlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario