(Título basado en pensamiento del pastor Luis Hernández)
- No seas
cómplice
- Nosotros vivimos criticando al que critica.
- Más sin embargo cuando el "criticón" tiene algo que
contarnos, le prestamos nuestro oído.
- En un escenario similar, sería muy útil preguntarnos si
más mal está el que critica o el que sirve como recipiente para la crítica.
- Habrían menos "criticones", si hubiese menos personas
dispuestas a escuchar tales comentarios.
- Quiere decir, que aunque yo no acostumbre a criticar a
otros, si estoy dispuesto a escuchar lo que mal intencionado se habla del
prójimo, soy tan responsable del acto, como quien lo hace.
- Si yo no soy director de películas, ni de programación
televisiva, ni radial, pero me detengo a consumir, a apoyar, a reír, temáticas
de violencia, de denigración moral y espiritual, creo que sigo siendo parte del
problema.
- Cada vez que consentimos un comentario racista, sexista,
discriminatorio, denigrante patrocinamos y apoyamos tales actos.
- ¿Por qué teniendo
la verdad callamos? ¿Por qué conociendo
la libertad aún estamos presos?
- Jesús habló de no matar; pero hablando de otros, lo que
no debemos, lo que no conocemos, de lo que no tenemos evidencia, matamos la
buena reputación de la gente.
- Si lo que vas hacer, vas a decir o vas a escuchar no va
repercutir en bendición para alguien más o para tu propia vida, mejor no lo
haga, mejor no lo diga, mejor no lo escuche.
- La salvación se guarda con temor y temblor
- Y a veces pequeñas actos, echan a perder las grandes
cosas que hemos alcanzado en Dios.
- Lo que Dios nos ha entregado es grande; vamos a
cuidarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario