miércoles, 7 de octubre de 2015

Cuando alguien en la familia sufre, todos también padecen



-       En mi adolescencia viví la experiencia de que mi madre enfermara de cáncer.
-       Ella nos habló con claridad, desde un comienzo sobre el posible diagnóstico y escenario.
-       Pasaron algunas semanas y fue confirmada aquella sospecha: Mami, tenía cáncer.
-       Aunque muy joven, yo entendí rápidamente cuán difícil sería ese tiempo entre citas médicas, exámenes y tratamientos.
-       No sólo mami enfermó, todos ahora en la casa sentíamos cómo su enfermedad tocaba nuestras vidas, nuestro diario vivir, nuestro futuro.
-       Mi madre siempre fue muy sabia.  Como madre sola, tenía y sentía demasiada responsabilidad sobre nuestras vidas.
-       Nos habló de los procesos con una sonrisa en labios para calmar en nosotros cualquier preocupación.
-       Pero sobre todo, nos invitó con su testimonio de fe, a refugiarnos como familia en Jesús.
-       Cierto es que ante un escenario así, todos padecen.  Pero si en ese mismo escenario Jesús aparece, todos se sostienen de la esperanza.
-       Hay una relación entre enfermedad, todos viven el dolor versus Jesús, todos se apegan a la fe.
-       María y Marta, las hermanas de Lázaro, tuvieron ese principio muy claro.  Hubo dolor ante la incertidumbre, así como hubo respuesta de Jesús ante el grito de ayuda.
-       Cada hermana procesó distinto aquel dolor familiar, sin dejar ambas de reconocer el poder que tiene Cristo en nuestras vidas cuando lo hacemos presente.
-       Ese mismo Jesús nos acompaña hoy, en donde todos padecen lo que sufre un familiar, pero en donde todos mediante la fe, se afianzan en sus promesas.
-       Si bien es cierto que todos en la familia viven el momento de enfermedad, todos pueden también, aferrarse a Jesús.
-       El dolor es parte del proceso, pero no dejes de sostenerte en la fe.  No, no la sueltes.




No hay comentarios:

Publicar un comentario