jueves, 6 de octubre de 2016
jueves, 24 de marzo de 2016
Tu inacción te hace cómplice‼
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“Yo me lavo las manos como Pilato”, quien no ha escuchado una expresión similar, cuando
alguien no desea ser parte o envolverse dentro de un conflicto.
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La biblia explica que
los ancianos y principales sacerdotes, incitaban al pueblo para que mataran a
Jesús, y lo hacían por envidia. Pilato mismo se había percatado del asunto.
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La acusación no era válida, carecía de peso.
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Pilato inclusive estaba sorprendido, maravillado por la
templanza y carácter de Jesús, ante las falsas acusaciones.
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Como si fuese poco, la mujer de Pilato, le hizo llamar,
para advertirle de no hacerse partícipe de las injusticias contra Jesús, ya que
por sueños había comprendido que era inocente, justo.
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Y aunque este gobernador trató de obtener una razón
concreta por parte del pueblo para crucificar a Jesús, el pueblo sólo más
gritaba: “Sea crucificado”.
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Antes de entregarle solo se limitó a decir: Inocente soy
yo de la sangre de este justo, allá vosotros.
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Cuan comúnmente adaptamos esa conducta o actitud, cuando
podemos hacer más y no lo hacemos.
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Claro, cuando
estamos envueltos en algún asunto complicado, esperamos que todos cuanto puedan
saquen cara y nos defiendan.
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Sin embrago cuando la situación no nos involucra
directamente, volteamos la vista aunque tengamos el poder y la autoridad para
auxiliar a alguien más.
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Y no auxiliar necesariamente a quien su conducta le
alcanzó con consecuencias, sino a aquel que injustamente es vituperado, cuando
de primera mano conocemos la falsedad de lo que se propaga.
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¿Para qué Dios nos ha colocado en lugares privilegiados
sino es para bendecir y defender a alguien desprovisto?
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Ya basta de ser cómplices con nuestra inacción. Si está
mal, dilo, sino es cierto, denúncialo, y si es inocente, no lo entregues a las
multitudes. Que nuestro silencio no sea
partícipe del abuso y la injusticia.
miércoles, 23 de marzo de 2016
La Generación de los Barrabás‼
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¿Jesús o Barrabás?
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Según el relato
bíblico entre un ladrón y un inocente, la multitud aclamó por el primero.
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Mientras se avanza en
la lectura, se da un dato interesante.
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Y es que la multitud
gritaba según eran incitados por los sacerdotes y ancianos.
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O sea, ni siquiera
sabían porque pedían la libertad a uno y la crucifixión al otro.
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En nuestros tiempos
no es tan extraño escuchar a muchos sumergirse en discusiones sin sentido y sin
estar debidamente informados.
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Nos manipula la
prensa, el gobierno, las redes sociales, la televisión; en fin los medios nos
convencen de posturas que ni hemos considerado objetar.
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Repetimos como el
papagayo lo primero que nos dicen, sin ni siquiera investigar, leer e indagar.
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Esto a su vez, nos
lleva a ser en ocasiones, enemigos de la verdad. Nos lleva a darle la espalda a Dios,
conociendo que la alternativa es Él.
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¿En qué momento nos
hicimos cómplices de los asesinos, de los ladrones, de los corruptos para darle
la espalda a nuestro salvador?
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No me parece tan
distante a nuestros tiempos la solicitud a gritos de la multitud. Una multitud
exigiendo su derecho dentro de la fiesta. Su derecho a darle libertad a un
prisionero, aunque eso fuese la condena de un inocente.
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Qué suelten a Barrabás es el grito de una multitud que no
sabe hacer otra cosa que vivir en rebeldía contra Dios.
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Es el grito de la confabulación contra lo bueno, contra
lo amable, contra la vida.
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Es irónico: teniendo tan cerca la paz, la salvación, la
verdadera felicidad, seguir gritando y rechazando al que puede llenarnos de
vida.
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Esta es la generación que sabiendo hacer lo bueno,
prefiere patrocinar a Barrabás pidiendo su libertad, aunque el inocente lleve
el castigo.
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Ayúdanos Dios a que las corrientes de este tiempo, no nos hagan insensibles a tal nivel que nos
unamos a las multitudes a pedir por Barrabás.
domingo, 28 de febrero de 2016
Si usted es boricua debe comprender perfectamente el término “pala”
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Si usted es boricua debe comprender perfectamente el
término “pala”.
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Para el que no tiene mínima idea sobre lo que hablo, en
nuestro país cuando nos referimos a una “pala” no sólo hablamos de un
instrumento diseñado para ayudar en la construcción o en la siembra.
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“Pala” en nuestro contexto también es cuando conocemos a
alguien en posición de poder que puede intervenir a favor nuestro o cuando
conocemos a alguien que conoce a alguien que a su vez conoce a alguien más,
para que termine haciendo lo que bien acabo de explicar.
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Cuando hemos sentido puertas cerradas a nuestro
alrededor, quién no ha corrido donde alguien a pedir ayuda o intervención.
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Cuando se ha intentado una y otra vez, hacer una gestión
sin éxito nos hemos preguntado si en efecto conocemos a alguien que nos pueda
ayudar.
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Cuando más nos angustiamos en los laberintos de la vida,
es cuando más clamamos por ayuda.
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En el salmo 27: 7-8 en la (Nueva Versión Internacional),
el salmista clama a voz en cuello y señala que una voz dentro de sí, le dice
insistentemente: Busca el rostro de Dios, busca de Dios.
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En muchas instancias de la vida, ni siquiera un predicador
tendría que decirnos que busquemos a Dios porque nuestro mismo ser grita: “Es tiempo
de buscar a Dios”.
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No buscarle solamente para que resuelva algún asunto que
nosotros no podemos resolver.
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Sino para tener una relación continúa con Él.
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Siempre, de alguna manera u otra Dios nos habla.
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El salmista ante la solicitud interna de buscar a Dios,
responde: Tu rostro buscaré oh Jehová.
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Dios nos está tocando para que le busquemos.
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¿Haremos caso a la voz interna que nos dice es tiempo de
buscar a Dios?
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Para qué buscar palas humanas, tenemos a un Dios que nos
puede auxiliar.
jueves, 25 de febrero de 2016
“Hoy habrá un día brillante y claro‼”
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Esta
mañana al ir a usar mi celular, me percaté de algo que nunca antes había
prestado atención.
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Mi
celular trajo consigo una aplicación del tiempo, del clima. Yo no tuve que
instalarla, no tuve que actualizarla. Siempre estuvo allí.
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Todos
los días, de forma automática, me indica cómo estará el día en términos
climáticos.
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Me
deja saber si lloverá, si hará sol, si estará nublado, cómo estará la
temperatura entre otras cosas.
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Hoy
al tomar mi celular para comenzar mis labores del día, en la pantalla aparecía
escrito lo siguiente: “Hoy habrá un día brillante y claro‼”
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Aproximándose
al mediodía, comenzaron a caer algunas lloviznas, pero en efecto el cielo
seguía viéndose brillante y claro.
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¿Cómo
puede verse el cielo brillante y claro, mientras llueve?
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Afirmar
que hoy ha sido un buen día, no depende de las inclemencias del tiempo, ni de
las situaciones cotidianas de la vida.
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Tu
actitud no debe verse empañada por las lloviznas del día.
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Cuando vi la lluvia, pensé que la aplicación
se había equivocado.
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No,
no se equivocó. Como Dios no se ha
equivocado.
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Dios
sigue siendo nuestro sol de justicia.
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De
la mano de Él, nuestros días son los más brillantes, aunque de vez en cuando un
aguacero haga el gesto de asomarse.
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